Iván Lipship, productor agrícola ganadero de Roque Pérez, relató su experiencia al producir de forma convencional y orgánica. Los pros y contras de este manejo sustentable que es tendencia.
A diferencia de otras historias de agricultura familiar que viene de larga data, en esta oportunidad dialogamos con Iván Lipship, un productor convencional de Roque Pérez que hace pocos años tomó la decisión junto a su familia de empezar a producir alimentos de manera sustentable y amigable con el medio ambiente.
“La historia comienza con mi abuelo cuando compró un campo chico y después con el correr de los años y fruto de su trabajo, comenzó a crecer”, contó Lipship.
Hoy en día, el campo ubicado en la Cuenca del Salado cuenta con 1400 hectáreas, de las cuales en general 750 ha corresponden a la ganadería y las restantes a la agricultura, donde producen un 50% de la superficie de forma orgánica.
“Empezó siendo un campo ganadero convencional, que con toda la incorporación de las nuevas tecnologías se amplió el marco de cultivo de lo que era la Cuenca del Salado. Ahí comenzó la pata agrícola con la generación de mi padre trabajando en el campo”, relató.
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Hacia una ganadería sostenible
Además de realizar agricultura y ganadería, hace diez años que la familia incorporó la producción avícola. “Mi padre siempre tuvo una lógica de convicción muy fuerte sobre cómo se producía, pero justo en esa época fue el boom de la agricultura y la ganadería quedó desplazada”.
Pero ahora el escenario cambió, “Los ganaderos están volviendo y se dan cuenta hoy en día que no fue tan fácil haber dejado la unidad de negocio en su momento para volcarse a la agricultura”.
Bajo la lógica y la premisa de cuidar el medioambiente, “Mi padre siempre remarcó en no utilizar suplementos y apuntar a la Cuota Hilton”, aclaró y agregó: “Fuimos profundizando ese esquema por la parte ganadera, que hoy en día es completamente orgánica. Aún no tenemos la certificación por que actualmente es muy complicado para el mercado en el que vendemos, tener un lote dos años que va a ser campo natural cuando capaz lo rompemos para la agricultura. Ahí se rompe el esquema y por ende, la certificación queda relegada”.
Actualmente siembran pasturas, cultivos de cobertura y verdeos sin utilizar ningún tipo de agroquímicos. “Si bien la práctica no nos sirve porque no estamos certificados, sí lo es para la Cuota Hilton”.
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Produciendo alimentos de manera sustentable
Adentrándonos en la parte agrícola, el padre de Lipship hace 5 años, insistió en lo orgánico. “Mi abuelo no es que se oponía totalmente, pero venía de una cultura tradicional, entonces buscamos un punto medio en no hacerlo 100% sustentable pero sí sostenible”.
Analizando el planteo productivo, Lipship opinó que aquellos que quieren volcarse hacia lo orgánico, tiene que ser por convicción. “Si lo ves como un negocio probablemente en
un comienzo no te cierre. Esto es así ya que el manejo es distinto. En nuestra experiencia pagamos mucho derecho de piso los primeros dos años, que no fueron buenos”.
Cuando se le consultó porque pagaron derecho de piso, explicó: “Entramos en un circuito completamente nuevo de proveedores, de clientes y demás. Los tiempos no son los mismos y no hay muchas referencias de los actores”. Y agregó: “También empezar a cambiar la mentalidad, de que es una agricultura mucho menos intensiva en aplicaciones y mucho más intensivas en laboreos con maquinaria”.
“Vamos aprendiendo sobre la marcha, a prueba y error. Hasta que no te pasan ciertas cosas, no las tenes en cuenta”. Sin embargo, siguen apostando de forma tal que se involucraron con la Municipalidad para tratar de fomentar este tipo de agricultura con la práctica de algún actor que ya realice este manejo, buscar la forma de “tener un empujón para empezar”.
Para el productor, lo orgánico involucra dejar de tirar tanto glifosato, tanta urea y productos de origen químico. “La forma de producción convencional nos hizo repensar en la cantidad de insumos que se utilizan y lo ofensivo que es para el medioambiente si no es bien manejado”, resaltó. Y en cuanto a lo económico, “es mucho más rendidor, pero asumís más riesgo que una
agricultura tradicional”.
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Biofertilizante GTG
Al consultarle sobre el plan nutricional, tanto para la superficie convencional como para
la orgánica, utilizan el Fertilizante Foliar Orgánico GTG comercializado por Agrosustentable.
“Arrancamos a utilizar este producto la campaña pasada en maíz, girasol y soja. Nos
decidimos a utilizarlo ya que era el único que estaba certificado por Senasa”, sostuvo el
productor y afirmó que es un producto que sirve y que mejora los rindes.
Específicamente, bajaron la fertilización base en la superficie convencional con el
agregado del fertilizante foliar orgánico y en la parte orgánica, el GTG es lo único que
utilizan.
Para concluir, la familia sigue apuntando a mejorar y a producir alimentos en calidad y
cantidad. “Nosotros seguimos aprendiendo, realmente la agricultura orgánica es un gran
aprendizaje”.