Pistacho: “la sanidad foliar mejoró notablemente tras aplicar el fertilizante foliar GTG”

Si bien en la Argentina la mayoría de la producción se realiza de forma convencional, “si en algún futuro aparece la oportunidad de un mercado orgánico, sin duda que lo haremos”, resaltó Federico Bravo. A continuación, información sobre el manejo y plan nutricional de la mejor zona del país.

Con un dólar alto y varias aperturas de mercados en los últimos tiempos previos a la pandemia, se generó una revolución en determinadas producciones regionales que tienen mercado en el exterior. El pistacho es uno de ellos.

Frente a este escenario dialogamos con Federico Bravo, un reconocido productor de la zona, sobre cómo encara la producción y cómo es su manejo nutricional.

Para comenzar, cabe recordar que la producción de San Juan se considera una de las tres mejores de la tierra, después de las que se obtienen en Estados Unidos e Irán. «Nosotros no hacemos orgánico sino que usamos el producto como una complementación para reducir la aplicación de los fertilizantes convencionales”, comenzó explicando Bravo. Y agregó: “La verdad que ha tenido muy buen efecto, los resultados son evidentes. Hemos visto mucho desarrollo foliar en todas las superficies en las que aplicamos”.

El año pasado plantaron junto a su equipo de trabajo, 60 hectáreas de pistacho. “De lo que plantamos lo único que se utiliza convencional a la hora de la plantación es el granulado que se pone en el pozo de plantación. Utilizamos Superfosfato Triple y Basacote M6 -un producto importado de liberación lenta- que es muy común para el pistacho y el olivo”, detalló.

Dentro de esa superficie, en 10-15 hectáreas utilizaron el Fertilizante Foliar GTG. Este fertilizante tiene como materia prima principal, subproductos de origen animal que son sometidos a un proceso de biotransformación e hidrólisis enzimático y proveen una gran cantidad de L-alfa aminoácidos libres de origen animal que son rápidamente asimilados por los cultivos.

“En estas hectáreas vimos un muy buen desarrollo en la hoja, observamos cambios en el color y en la sanidad sobre todo, la salud de la hoja mejoró notablemente y eso es muy bueno ya que es la que produce la savia, entre otras cosas”, sostuvo el productor y añadió que “fue un gran complemento ya que los otros insumos que utilizamos son más específicos para la zona radicular”.

Básicamente, el planteo propuesto por Bravo consiste en no dejar de aplicar productos convencionales “sino que bajamos las dosis de los mismos y agregamos a nuestro manejo este complemento foliar para reforzar”.

Además de las plantaciones de pistacho en Casuarinas -San Juan-, Bravo trabaja en un establecimiento en Córdoba donde producen agricultura. “Aplicamos también GTG en soja, maíz, trigo y pasturas”, comentó Bravo y resaltó que mejoró mucho el cultivo, sobre todo, en lugares donde hubo daños por enfermedades.

Aplicaciones en Pistacho
● La plantación se realiza entre julio y agosto (aplicación foliar en las primeras hoja).
● Los injertos se realizan en octubre y en enero (en estos dos momentos, aplicaron nuevamente el biofertilizante GTG para que el injerto se desarrolle con mayor vigor).

Mutando hacia lo orgánico: paso a paso
Si bien Bravo y su equipo de trabajo aún mantienen la forma de producción convencional, no descartan la idea de volcarse a lo orgánico. Aunque son muy conscientes de los deterioros del suelo que se dan por una agricultura intensiva, la falta de biodiversidad, la contaminación de napas, la compactación del suelo y demás, sin un mercado que lo respalde “la transición se complica”.

“Por el momento no nos volcamos de lleno a lo orgánico. Hace poco comenzamos con la producción a gran escala, y aún no hay un mercado muy sólido de pistacho orgánico. Si en algún momento surge esta oportunidad -un mercado internacional que elija por sobre el pistacho convencional al orgánico- seguro habrá una tendencia, pero por ahora no hay”, aclaró. Además, “la realidad es que el precio del pistacho normal es muy bueno y con el agregadode insumos los rindes son muy prometedores”.

Cuando se le consultó al especialista por que motivo en el mercado local el precio es bastante más alto que otros productos, nos explicó que se debe a que las zonas donde se puede producir en el país, son muy limitadas.

“Hay muy pocos lugares en el mundo donde se dan las condiciones óptimas de producción de pistacho, por ende hay poca producción a nivel global y la demanda cada vez crece más”.

A la vez, se debe tener en cuenta que se requiere una alta inversión inicial que, por un largo periodo de tiempo, no hay retorno económico.“Son pocos los inversores que toman este riesgo, más allá de que no hay mucho conocimiento sobre el tema”.

Para concluir, Bravo mostró una actitud esperanzadora y espera que en un futuro sean más las producciones intensivas que se vuelquen a producir alimentos con biofertilizantes, respetando al medio ambiente y haciendo un uso más eficiente de los insumos.